Para comprender la importancia de integración continua es útil discutir primero algunos puntos débiles que a menudo surgen debido a la ausencia de integración continua.
Sin integración continua, los desarrolladores deben coordinar y comunicarse manualmente cuando están contribuyendo con código al producto final.
Esta coordinación se extiende más allá de los equipos de desarrollo al resto de la organización también.
Los equipos de productos deben coordinar cuándo lanzar secuencialmente características y arreglos y qué miembros del equipo serán responsables.
La sobrecarga de comunicación de un entorno sin integración continua puede convertirse en una tarea de sincronización compleja y enredada, que agrega un costo burocrático innecesario a los proyectos.
Esto provoca lanzamientos de código más lentos con mayores tasas de falla, ya que requiere que los desarrolladores sean sensibles y reflexivos sobre las integraciones.
Estos riesgos crecen exponencialmente a medida que aumenta el tamaño del equipo de ingeniería y la base de código.
Sin una sólida canalización de integración continua se puede formar una desconexión entre el equipo de ingeniería y el resto de la organización. La comunicación entre producto e ingeniería puede ser engorrosa.
La ingeniería se convierte en una caja negra en la que el resto del equipo ingresa los requisitos y características y tal vez recupera los resultados esperados.
A la ingeniería le resultará más difícil estimar el tiempo de entrega de las solicitudes porque el tiempo para integrar nuevos cambios se convierte en un riesgo desconocido.
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