El mundo está cambiando más rápido que nunca y cada dia nos hace más falta la agilidad de negocio.
Las organizaciones de todos los tamaños luchan por seguir siendo relevantes a los ojos de sus clientes y la sociedad.
Los clientes están más informados y sus expectativas son más altas que nunca.
No obstante, los empleados exigen más claridad, empoderamiento y significado en su trabajo.
Solo las organizaciones de alto rendimiento, adaptables y ágiles prosperarán en este mercado impredecible. A esto lo llamamos agilidad de negocio.
En su forma más simple, la agilidad empresarial o agilidad de negocio es la capacidad y la voluntad de una organización para adaptarse, crear y aprovechar el cambio en beneficio de sus clientes.
Además, esta simple declaración expone el dramático cambio de mentalidad necesario para las organizaciones ágiles.
¿Cómo cambiamos de mentalidad hacia la agilidad de negocio?
Donde la forma en que responde al mercado es más predecible de manera confiable que la forma en que el mercado le responde a usted.
Tenemos que empezar a pensar en la agilidad de negocio como el hilo conductor.
Una narrativa adaptable y sostenible que nos une y nos guía hacia un futuro incierto.
Un modelo operativo que amplifica la adaptabilidad y la capacidad de respuesta en todas las áreas de su negocio.
Uno que reconoce que una organización es un sistema adaptativo complejo y que la agilidad debe ser responsabilidad de todos.
Es decir, “¡una organización es tan ágil como su división menos ágil!”, Y probablemente eso ya no sea solo un tema de TI como ha sido tradicionalmente.
La agilidad de negocio es un conjunto de capacidades organizativas, comportamientos y formas de trabajar que le brindan a su empresa la libertad, flexibilidad y resistencia para lograr su propósito. No importa lo que depare el futuro.
El modelo operativo para organizaciones ágiles tendría que pensar en todo el mundo ya que no somos un mundo aparte.
Los dominios de la agilidad de negocio son las características culturales y de comportamiento definitorias de una organización ágil.
Al abarcar todo el sistema organizativo, cada dominio es igualmente importante, necesario e interrelacionado entre sí.
Este modelo describe las capacidades necesarias con las que una organización es instintivamente capaz de aprovechar las oportunidades emergentes e imprevistas en beneficio de sus clientes.
