En el competitivo mercado actual, cerrar la brecha entre la teoría y la realidad se hace cada vez más grande.
Los alguna vez venerados puristas ágiles se encuentran bajo escrutinio como nunca antes.
Es un ajuste de cuentas que muchos creen que debería haberse hecho hace mucho tiempo.
A medida que las empresas evolucionan y se adaptan a un panorama en constante cambio, se vuelve cada vez más evidente que las metodologías ágiles deben madurar.
La cuestión fundamental radica en la desconexión entre los principios ágiles y las realidades de las operaciones en una organización.
Aquí hay tres puntos críticos que los defensores de Agile suelen pasar por alto.
Enfoque centrado en el negocio
Las empresas no se enfrentan a los “problemas ágiles” per se; en cambio, enfrentan desafíos comerciales más amplios que la agilidad podría abordar.
La agilidad no es una panacea sino más bien una herramienta para abordar estos problemas subyacentes.
Comprender y abordar las causas fundamentales de los problemas empresariales es primordial.
Colaboración y respeto
Existe la percepción entre los profesionales ágiles de que los profesionales de negocios no comprenden las metodologías ágiles.
Sin embargo, descartar su experiencia es una actitud miope.
Es esencial reconocer el conocimiento y la experiencia que los líderes de las organizaciones, lo que aportan y colaborar con ellos como iguales.
Empoderamiento con orientación
El estribillo común de Agile de “empoderar a los equipos” y dar un paso atrás a menudo pasa por alto la necesidad de orientación y apoyo.
Los líderes en las organizaciones deben desempeñar un papel activo a la hora de proporcionar dirección y claridad y, al mismo tiempo, capacitar a los equipos para innovar dentro de un marco estructurado.
Entonces, ¿cuál es el enfoque alternativo?
Enfoque alternativo
Empatía y comprensión
Los profesionales ágiles deben empatizar con los desafíos que enfrentan los líderes en las organizaciones y trabajar en colaboración para encontrar soluciones que aborden sus necesidades.
Conocimientos empresariales
Para cerrar la brecha entre Agile y los negocios, es crucial que los equipos Agile se familiaricen con los conceptos de negocio, los modelos mentales y el lenguaje.
Esto permite una comunicación más efectiva y la alineación de objetivos.
Perspectiva holística
Reconocer el conocimiento existente tanto en el ámbito empresarial como técnico es esencial.
Además, comprender la preparación de los equipos y priorizar la orientación al cliente son fundamentales para el éxito.
En última instancia, el objetivo de Agile no es simplemente “ser ágil”, sino lograr agilidad de negocio.
Esto significa permitir que las empresas se adapten y respondan rápidamente a las necesidades cambiantes de los clientes, acelerando así el camino desde la ideación hasta la monetización.
En conclusión, a medida que Agile continúa evolucionando, es imperativo que los profesionales reconozcan el contexto más amplio en el que operan.
Al fomentar la colaboración, adoptar la alfabetización empresarial y priorizar el enfoque en el cliente, las metodologías ágiles pueden verdaderamente madurar y convertirse en activos invaluables en el dinámico entorno empresarial actual.