Ágil está muerto. Agile is dead. La de veces que he escuchado eso. Según algunos Agile ya estaba muerto en 2001.
Ese es el titular que hemos estado escuchando durante años y se ha convertido en una declaración controvertida en el mundo del desarrollo de software.
La metodología ágil alguna vez se consideró revolucionaria, pero ahora algunos creen que ya no es aplicable a los proyectos complejos de hoy.
Principal argumento sobre la defunción
El principal argumento en contra de la metodología Agile gira en torno a su falta de escalabilidad y adaptabilidad.
Sobretodo cuando se trata de proyectos a gran escala o múltiples equipos que trabajan en diferentes partes de un proyecto simultáneamente.
Muchos argumentan que, dado que Agile se centra en gran medida en la comunicación entre los miembros del equipo.
Así como en los ciclos rápidos de iteración, esto puede ser difícil de gestionar cuando hay muchas personas involucradas en el mismo proyecto a la vez.
Todo eso es lo que genera confusión y demoras debido a problemas de comunicación u opiniones contradictorias entre los miembros del equipo sobre la mejor manera de avanzar con ciertos aspectos de los flujos de trabajo de desarrollo.
Además, algunos afirman que los procesos ágiles no siempre brindan suficiente orientación para los desarrolladores que necesitan más estructura mientras trabajan para completar tareas dentro de sus sprints asignados.
Eso es lo que puede hacer que el progreso se ralentice si no es administrado adecuadamente por personal experimentado familiarizado con principios ágiles como como Scrum Masters o Product Owners.
¿Qué argumentos intentan defender esa defunción?
Sin embargo, a pesar de estos argumentos contra el uso de un enfoque ágil, muchas empresas exitosas han demostrado una vez más en los últimos años que la agilidad sigue siendo una de las formas más efectivas para las organizaciones.
¿Dónde?, en esas organizaciones que buscan desarrollar productos de alta calidad rápidamente sin comprometer los estándares de calidad.
Al utilizar herramientas adecuadas como tableros Kanban, sesiones de planificación de Sprint, reuniones diarias, etc.,
Los equipos aún pueden trabajar juntos de manera eficiente incluso si están repartidos en múltiples ubicaciones en todo el mundo.
Es lo que les permite colaborar de manera efectiva y al mismo tiempo ser lo suficientemente flexibles para ajustar sus estrategias en consecuencia dependiendo de cualquier cambios necesarios durante el proceso de gestión del ciclo de vida del producto.
Conclusión
En última instancia, queda claro a partir de toda esta evidencia disponible por qué tantas empresas continúan confiando en la agilidad a pesar de las críticas que se hacen en su contra.
Con esto, estamos demostrando definitivamente por qué la agilidad está lejos de estar muerta! ¡Agile is not dead!