Me ha pasado varias veces cuando una organización me ha llamado para comentarme cómo conectar la estrategia con la entrega.
Cuando he llegado ahí siempre me han dicho que ya hacían agilidad.
Comentarios como “ya somos ágiles” o “ya usamos Scrum” o “qué has venido a hacer aquí que todo nos va bien” son bastante habituales.
Acto seguido les comento siempre a estas organizaciones qué me digan cuando tardan en entregar una iniciativa o una idea y ponerla en manos del cliente.
Aquí se hace ya un silencio de radio importante. Normalmente no lo miden o no lo saben.
Y esto no me deja de sorprender.
Básicamente es refleja que no son conscientes lo que significa aterrizar una visión, llevarla a una estrategia para luego sea ejecutada.
Estamos en organizaciones para crear valor y muchas veces no vemos la diferencia entre output (realizar tareas y ya) a outcome (dar valor para crear una cambio de comportamiento en mis usuarios).
Los aspectos importantes a considerar para la estrategia de negocio incluyen comprender cómo las personas pueden beneficiarse de una propuesta de valor.
Por eso las necesidades del cliente, la segmentación del mercado, la elaboración de una visión del producto, la planificación del producto y los ingresos.
Para cumplir con esas demandas competitivas en nuestros tiempos, las organizaciones deben adoptar un modelo de entrega continua donde las cadencias de lanzamiento se miden en días, no en trimestres y la calidad está garantizada.
Para llegar allí, las organizaciones deben aterrizar una estrategia que se aliene a las metodologías ágiles que usen en su contexto.
Pero no olvidad que la teoría sin práctica es inútil. La práctica sin teoría es cara.
Así que tenemos que estudiar un modelo de pensamiento independiente que conecta todas las partes de su organización.
Y cuando digo todas me refiero a la estrategia, la coordinación y la operativa.
La mayoría de las empresas utilizan una combinación de enfoques de Lean, Agile, Scrum, SAFe, Kanban, Prince, Design Thinking, etc. y que sé yo.
A veces le suman las propias maneras de trabajar que tienen en la organización.
Cómo líderes del cambio tenemos que ayudar a diseñar las interacciones entre equipos, a través de funciones y capas de la coordinación.
Dentro de la organización, las actividades de entrega deben llevarse a cabo en estrecha colaboración con los usuarios y los expertos dentro de la línea de negocio.
Esto requiere más colaboración, interacción humana constante y transparencia.
Además así como un enfoque orientado a entrega de valor constante a cliente final.
De hecho, no estoy inventando nada. Estoy hablando de los 4 valores del manifiesto ágil del 2001. Y me voy a tomar la licencia de actualizarlo con visión del 2021. Aquí van los valores revisados.
- Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas
- Soluciones funcionando sobre documentación extensiva
- Colaboración con el cliente sobre negociación contractual
- Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan
Estos 4 valores tienen más de 20 años y están tan al orden del día, que da hasta rabia asumirlo.
Porqué al fin y al cabo, ser ágil es aterrizar de manera satisfactoria y consolidada esos 4 valores actualizados.
Además hacen realidad cómo conectar la estrategia con la entrega en cualquier contexto.
